Tierradentro, Enigma y Fascinación

A Mula de Lomo
Tierradentro, enigma y Fascinación
La maravilla arqueológica de Colombia, Patrimonio de la Humanidad

Si se quiere conocer el más grande tesoro de monumentos y esculturas megalíticas de América del Sur no es necesario ir a Perú o hasta la Isla de Pascua en Chile, debe viajar a la profunda y misteriosa Tierradentro, Cauca, no lo digo yo, lo afirma la BBC.

Por Hever Erazo Bolaños
everebo07@gmail.com

Lo que me hace sentir orgulloso de mi región, el Cauca, es su capital, Popayán, donde mis ojos se abrieron por primera vez al mundo para quedar poseso de su blancura y largas y estrechas calles paralelas, entre las que subyace un maremagnum de tejas, muros y campanarios, diría hasta insolentes.

Pero la hidalga Popayán y su rica historia, no lo es todo en el Cauca. Muy cerca existe las huellas de una civilización que desapareció antes de la conquista y aun sus códigos no han sido descifrados.

Este vasto territorio flanqueado por las majestuosas cordilleras andinas, dista de Popayán a tan solo 74 kilómetros por carretera. Se conoce como una de las maravillas arqueológicas de Colombia y América, El Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro es una reserva arqueológica de Colombia, declarada en 1995 por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad por ser un reservorio de la cultura precolombina, aun cubierto por mantos de misterio. Se halla en inmediaciones de los municipios de Belalcázar e Inza, nororiente del departamento del Cauca.


Foto de elturismoencolombia.com

Como camarógrafo-reportero, productor de la televisión y periodista durante la época de mayor violencia sufrida en los años, 80s, 90s e inicios del 2000, era prohibitivo viajar a dichos territorios por la entonces presencia de todos los grupos armados inmersos en el conflicto armado colombiano. Esto cerró las puertas al turismo y con ello el anhelo de miles de compatriotas y turistas extranjeros deseosos de conocer estos territorios inhóspitos rodeados de misterios y sorpresas.

En 1991 realicé varios viajes a Tierradentro para la filmación de la serie audiovisual “Valores y Riquezas del Cauca”. Durante esas incursiones pude impregnarme de la esencia de sus montañas, precipicios, de sus valores y riquezas patrimoniales, como de ser acariciado por sus gélidos y borrascosos vientos, realizar entrevistas y entablar conversaciones con sus indescifrables Tegualas (sacerdotes) y sus pobladores, los Nasa, una cosmovisión que no resulta fácil entender.


Capilla Doctrinera - 
Foto https://m.facebook.com/tierradentrosenderomagicoyancestral/

Todo lo que se observa y respira es sagrado, tiene vida, incluso lo que no, como las rocas, tumbas y piedras, cumplen un papel, un sentido. Su mundo se mueve bajo una concepción muy distinta de la nuestra, la cultura occidental. Rituales al parecer triviales para nosotros como la toma de chicha y la armonización de cuerpos y objetos, son necesarios, imprescindibles para ser recibido, aceptado, tal como me ocurrió a mi y a mi equipo al llegar al pequeño poblado de Tumbichucue.

Fui a filmar los monumentos, tumbas y esculturas monolíticas hasta hoy rodeadas de misterio, por la desaparición repentina de la civilización que las creó. Tenemos varios objetivos claves, entre otros la pirámide de San Francisco, así que ponemos rumbo a ese hito arqueológico. Me acompañan mi amigo y asistente de producción Orlando Valencia, Gerson Paz y Omar del departamento audiovisual de la universidad del Cauca.


Piramide de San Francisco 
Foto Bakanica.com

Es una ruta quebrada, siempre en ascenso, hasta perfilarse en el horizonte la enorme pirámide de piedra, lugar perfectamente escogido por sus antiguos habitantes, cuya cúspide, descubre a sus pies un profundo abismo. Se trata de la pirámide de San Francisco y debajo de estas, dos hitos cavados en lo profundo de la montaña, las cuevas.

Mientras ascendemos, percibo que somos observados. Ya cerca, me doy cuenta que, incrustados, entre los imponentes riscos y abismos, varios ojos azules nos miran desde lo alto, entre tanto, a cada paso, nuestro latidos se aceleran a medida que sudorosos vamos ganando aquella montaña de piedra, esculpida por la naturaleza y escalon tras escalon, por manos de hierro. 

No estamos en Egipto, Perú o México, trasegamos por un lugar muy desconocido, declarado en 1995 por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.


Foto Bakanica.com

Al conquistar la enigmática pirámide observó allí unas figuras altas, delgadas, rubias, discordantes con el fenotipo etnico y ancestral de los NASA. Se trata de una familia alemana, aventurada a vivir en aquellos parajes ocultos a las miradas del mundo. Hecho poco común, aunque no inusual en esta región, por lo tanto pienso que es hora de descifrar con mis preguntas de reportero, qué hacen allí.

Se trata de Eduard, Petra, sus dos hijos Jhon y Ana Maria y el loro “Rene”, quienes nos detallan de arriba a abajo con miradas escrutadoras. Somos los extraños, ellos también. Luego de unos minutos, el loro Rene, posado sobre el hombro de unos de los niños, toma la iniciativa, cotorrea y dice “Hola”, señal inequívoca de que somos bienvenidos. 

La familia se mueve de un lado a otro, permanece en silencio, mientras dibuja una risa nerviosa entre sus labios.

Van y vienen miradas y sonrisas. Gestos de amistad y un estado de paz que lo imbuye todo se toma el ambiente frío de la pirámide. Más, no hay preguntas, tampoco respuestas. No se necesitan. Nos acercamos hacia el borde de la pirámide para sentarnos a palpar la inmensidad del panorama a los pies y atraer hacia nosotros los rayos de aquella energía, la misma que dejó prendada a la familia alemana.

Tras observar y ser observados, nos marchamos como llegamos, bajo un silencio reverencial, respetuoso entre las partes, dejándolo todo intacto. Partimos hacia las dos cuevas y nuestro asombro va in crescendo. No existen explicación o evidencias sobre el uso de estas perforaciones, tan gigantescas como misteriosas. Que quizá allí los españoles buscaron El Dorado, o que los Nasa las hicieron como refugio y defensa, son algunas de las tantas teorías.


Fotos Bakanica

Trato de imaginar aquellos seres que hace cientos de años nos legaron las huellas de una sociedad que produjo un arte complejo a partir de representaciones de la vida y de la muerte, sociedad que se llegó a señalar de salvaje. Tierradentro es epicentro de otro mundo, alejado años luz de nuestra comprensión, es el mundo Nasa.

Tierradentro o el indomable espíritu humano que conquistó lo inexpugnable, incluso lo más difícil y doloroso, pero propio de la naturaleza humana: la muerte. Basta entender qué hacemos aquí y cómo se produce un encuentro inesperado entre aquella familia y nosotros, teniendo como testigo a los espíritus de un mundo megalítico.


Pero, el saludo, las miradas y gestos del loro Rene, nos dejan aún más perplejos. Él es de otro mundo.
Y que Petra sea la mujer de Eduard, en aquel mundo ígneo, tampoco es casual. Las casualidades no existen, la ley de causa y efecto si.

El pueblo de San Andrés de Pisimbala no existe en el tiempo, viaja en aquella nave, es un espíritu fantasma viviente, el punto de encuentro en el que convergen el museo arqueológico, la capilla doctrinera y un minusculo caserio por lo que deambulan ciertos viajeros, los tegualas o sacerdotes. 

Llegados ante una larga calle, llaman la atención dos seres de baja estatura, quienes parsimoniosos como la familia alemana, permanecen asidos para siempre a la raíz de un tronco por naturaleza, pétreo, eterno.

Foto libertadypensamiento.com

Tierradentro nos permite degustar mitologías que dan cuenta de Nasas de estatura mediana, alemanes gigantes, seres invencibles de estatura baja y seres antiguos que desaparecieron como por arte de magia. El Misterio cubre alrededor de 500 kilómetros cuadrados  y se extiende hasta el complejo de San Agustin, en el departamento del Huila, parque arqueológico también declarado Patrimonio de la Humanidad, el cual contiene petroglifos y su famoso Lavapatas.

Desde remotas épocas en que el hombre apareció sobre la faz de la tierra, la muerte ha despertado temor y misterio. Cada civilización existente sobre el planeta ha hecho de la muerte su propio mito. El temor a la muerte encierra uno de los instintos humanos más arraigados, quizá por esta razón civilizaciones como la egipcia rindieron un culto monumental a sus muertos.

La muerte ha ejercido una influencia preponderante en la religiosidad del hombre. Tierradentro es una cuna religiosa, un monumento a los vivos como a la muertos ya que la idea de la muerte era trascender a otro tipo de vida, más nunca el final de la existencia del espíritu humano.

Así como la portentosa cultura egipcia rindió culto a sus muertos construyendo las fabulosas pirámides en el desierto, en América otra no menos fascinante civilización dio paso a su propio y mágico sentimiento. Tierradentro es una tierra remota, intrincada, habitada por una raza indómita, independiente y fuerte, los paeces o Nasa, y  vemos quienes se van sumando.


De la vida más allá de la muerte, nos hablan los tegualas... de la vida allí una familia alemana, una pareja mitológica de baja estatura y los seres antiguos desaparecidos, tripulantes intemporales, silenciosos que decidieron hacer parte de una nave del tiempo llamada, Tierradentro.

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